El mercado bursátil estadounidense cerró otra semana en rojo, arrastrado por el temor a nuevos aranceles de la administración Trump, una inflación que no da tregua y un panorama económico incierto. El Dow Jones cayó más de 400 puntos en su peor jornada en un mes, mientras que el S&P 500 y el Nasdaq se desplomaron cerca del 1% y 1.4%, respectivamente, acumulando su segunda semana consecutiva de pérdidas.
El presidente Donald Trump encendió las alarmas al anunciar que pronto revelará un plan de aranceles recíprocos sobre las importaciones, lo que generó especulación en los mercados sobre posibles represalias comerciales. Durante su encuentro con el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, insinuó que Tokio podría ser uno de los afectados, añadiendo incertidumbre a las relaciones comerciales globales.
A esto se sumó un inesperado incremento en las expectativas inflacionarias de los consumidores, según la encuesta de la Universidad de Michigan. Los estadounidenses ahora proyectan una inflación del 4.3% para el próximo año, un salto significativo respecto al 3.3% registrado el mes pasado. La noticia empujó al alza el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años, que alcanzó un 4.5%, reflejando las crecientes preocupaciones del mercado.
El informe de empleo de enero tampoco trajo buenas noticias. La economía sumó 143,000 nuevos empleos, por debajo de las expectativas, aunque el desempleo bajó ligeramente al 4.0%. A pesar de estos datos mixtos, la fortaleza del mercado laboral sigue siendo un punto de referencia clave para la Reserva Federal en sus decisiones sobre tasas de interés.
El sector tecnológico no se quedó atrás en la debacle. Amazon se desplomó un 4%, arrastrada por perspectivas de ingresos que decepcionaron a Wall Street, sumándose a las caídas de Google y otras grandes tecnológicas enfocadas en inteligencia artificial. La burbuja de la IA está siendo sometida a un escrutinio cada vez mayor, con inversionistas exigiendo resultados concretos ante las gigantescas inversiones realizadas en el sector.
Los mercados globales también sintieron el impacto de la volatilidad en Wall Street. Las bolsas europeas cerraron con caídas moderadas, mientras que en Asia, los índices bursátiles registraron movimientos mixtos en respuesta a la incertidumbre económica de EE.UU.
Con la inflación en ascenso, la política comercial en juego y los inversores perdiendo la paciencia con el sector tecnológico, el mercado enfrenta un cóctel explosivo de riesgos. La gran pregunta sigue siendo si la Reserva Federal responderá con un cambio en su estrategia de tasas de interés o si los mercados tendrán que ajustarse a una nueva realidad más turbulenta.