Las operaciones conocidas como «sell America» —una estrategia de mercado en la que los inversores venden activos estadounidenses— empezaron a mostrar señales de debilitamiento este jueves, después de varios días marcados por la volatilidad, tensiones geopolíticas y mensajes ambiguos desde la Casa Blanca.
Durante la semana, el mercado dio un giro inusual: los inversores se deshicieron tanto de acciones estadounidenses como de activos considerados refugio seguro, como los bonos del Tesoro. El rendimiento del bono a 10 años superó el 4,4%, mientras que el dólar estadounidense cayó a su punto más bajo desde 2022. Este comportamiento simultáneo de venta en riesgo y protección generó lo que muchos analistas describen como una «dislocación del mercado».
¿Un cambio de rumbo?
Pero el viento comenzó a cambiar. El miércoles, el rendimiento del bono a 10 años bajó a 4,3% y el dólar recuperó algo de terreno, acercándose al umbral psicológico de los 100 puntos en el índice DXY. Por su parte, el oro, que había alcanzado máximos históricos como refugio ante la caída del dólar, retrocedió brevemente antes de repuntar nuevamente a 3.340 dólares por onza este jueves.
Este vaivén refleja una creciente incertidumbre: ¿es este un simple rebote técnico o el inicio de una estabilización?
Parte del alivio provino de un giro político: el presidente Donald Trump decidió retirar su intención de destituir a Jerome Powell como presidente de la Reserva Federal, lo que calmó a algunos sectores del mercado.
El impacto de los mensajes mixtos
Desde el proclamado “Día de la Liberación” anunciado por Trump a inicios de abril —marcado por nuevas políticas arancelarias y mayor control económico—, los mercados han navegado aguas turbulentas. Los aranceles a China, los temores a una desaceleración económica y la volatilidad cambiaria han generado una combinación de riesgo e incertidumbre.
“Se ha prestado más atención al rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años, no solo al mercado bursátil”, comentó Keith Lerner, estratega jefe de Truist. “Trump podría estar comenzando a evaluar hasta qué nivel de rendimiento se siente cómodo”.
El movimiento de acciones y bonos en la misma dirección —típicamente impulsado por temores inflacionarios— esta vez parece más ligado a una crisis de confianza que ha alterado las reglas del juego tradicionales.
Mensajes desde el Tesoro: estabilidad y cooperación
Intentando calmar las aguas, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, ofreció declaraciones conciliadoras este miércoles:
“Estados Unidos primero no significa solo Estados Unidos”, señaló Bessent, aludiendo a la necesidad de cooperación con socios comerciales. También recalcó la prioridad de mantener un dólar estable como moneda de reserva mundial, pese a los recientes vaivenes.
Sin embargo, analistas como Francesco Pesole de ING advierten que la reacción inicial del mercado a los aranceles —una caída del dólar en lugar de su fortalecimiento— sorprendió a la propia administración.
“Probablemente no era lo que Bessent esperaba”, dijo Pesole. “Ahora hay un intento claro de restablecer cierta estabilidad monetaria, mientras el país digiere el primer golpe inflacionario”.
¿Rebote técnico o cambio de tendencia?
Algunos expertos consideran que el repunte actual es simplemente un “rally de alivio”. Según Chris Versace, de Tematica Research:
“Los inversionistas estaban muy preocupados por el impacto de los aranceles. Esto no significa que el daño esté hecho, sino que están respirando mientras esperan más claridad.”
Lo que sigue es un gran signo de interrogación. ¿Responderá China con aranceles recíprocos? ¿Qué impacto tendrán estas tensiones en las ganancias corporativas del próximo trimestre? ¿Se mantendrá la política monetaria intacta o vendrán nuevas sorpresas?
Por ahora, los mercados se mantienen cautelosos, atentos a cada palabra desde la Casa Blanca… y cada movimiento del Tesoro.
Fuente: Yahoo Finance – Alexandra Canal, 24 de abril de 2025.