La confianza del consumidor en EE.UU. cae a su nivel más bajo desde 2020 ante temor por los aranceles

La confianza del consumidor en Estados Unidos sufrió un fuerte revés en abril, cayendo a niveles no vistos desde los primeros meses de la pandemia de COVID-19. La causa principal parece ser el creciente malestar en torno a la política arancelaria del gobierno, que ha generado preocupación sobre el rumbo económico del país.

El índice de confianza del consumidor, elaborado por el Conference Board, se desplomó 7.9 puntos hasta situarse en 86.0, una cifra muy por debajo de las previsiones del mercado, que apuntaban a una caída menos pronunciada. Este nuevo nivel es el más bajo desde mayo de 2020, en pleno impacto inicial del coronavirus.

La caída fue especialmente marcada en el Índice de Expectativas, que refleja las percepciones de los consumidores sobre el futuro económico en el corto plazo. Este componente se hundió hasta 54.4 puntos, una caída de 12.5 unidades que lo deja en su peor nivel desde octubre de 2011. Históricamente, una lectura por debajo de 80 ha sido un indicador adelantado de recesiones.

Por su parte, el Índice de Situación Actual, que mide cómo los consumidores perciben la economía y el mercado laboral en el presente, cayó levemente hasta los 133.5 puntos. Si bien este componente se mantiene en terreno más sólido, el deterioro de las expectativas a futuro es una señal clara de que el optimismo se está erosionando.

«Es la quinta caída consecutiva en la confianza del consumidor y ya estamos en niveles que no se veían desde el inicio de la pandemia», explicó Stephanie Guichard, economista senior en el área de Indicadores Globales del Conference Board.

Este descenso se produce justo antes de que el gobierno publique los datos del Producto Interno Bruto del primer trimestre. Según una encuesta de Reuters, el crecimiento habría sido de apenas 0.3% anualizado entre enero y marzo, lo que supondría la expansión más débil desde mediados de 2022. La Reserva Federal de Atlanta es aún más pesimista y anticipa una contracción del 0.4% una vez que se ajusten las distorsiones provocadas por el comercio de oro.

Uno de los principales factores detrás de esta desaceleración es el aumento acelerado de las importaciones, impulsado por las compras adelantadas de las empresas que intentan esquivar los costos crecientes por los nuevos aranceles. Este comportamiento no solo agrandó el déficit comercial, sino que también podría haber distorsionado las cifras reales de crecimiento.

A la vez, el consumo —motor clave de la economía estadounidense— habría perdido fuerza. La alta inflación persistente, sumada a la incertidumbre sobre los efectos de los aranceles, ha llevado a muchos hogares a moderar sus gastos, optando por conservar ahorros ante un panorama económico que perciben cada vez más incierto.

En el último trimestre de 2024, la economía creció a un ritmo sólido del 2.4%. Sin embargo, los datos más recientes sugieren que ese impulso podría haberse agotado. Y con la confianza en caída libre, la presión sobre la administración de Trump y la Reserva Federal solo crecerá en los próximos meses.

Fuente: Reuters. Publicado el 29 de abril de 2025.

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