El gasto de los consumidores en Estados Unidos, responsable de más de dos tercios de la actividad económica, registró un sólido aumento del 0,5% en julio, tras una revisión al alza del 0,4% en junio, según datos de la Oficina de Análisis Económico (BEA). La cifra se ubicó en línea con lo esperado por los economistas, lo que refleja un consumo apoyado por un mercado laboral aún resiliente y un crecimiento salarial constante.
No obstante, los aranceles impulsados por el presidente Donald Trump están comenzando a encarecer costos para las empresas, lo que podría trasladarse gradualmente a los consumidores. El empleo también muestra señales de enfriamiento: en los últimos tres meses hasta julio, la creación promedio fue de apenas 35.000 puestos mensuales, muy por debajo de los 123.000 del mismo período en 2024. Además, una encuesta de The Conference Board reveló que la percepción de dificultad para encontrar trabajo alcanzó su nivel más alto en cuatro años y medio.
En materia de precios, el índice de gastos de consumo personal (PCE), seguido de cerca por la Reserva Federal, subió un 0,2% en julio y un 2,6% interanual, manteniendo la misma tasa de junio. Al excluir alimentos y energía, el PCE subyacente avanzó un 0,3% mensual y un 2,9% interanual, evidenciando que los efectos de los aranceles comienzan a filtrarse en los precios.
A pesar de estas presiones, el presidente de la Fed, Jerome Powell, reiteró la semana pasada la posibilidad de un recorte de tasas en la reunión del 16 y 17 de septiembre, en respuesta a los riesgos crecientes en el mercado laboral, aunque advirtió que la inflación sigue siendo un factor de riesgo. Actualmente, la tasa de referencia se mantiene en el rango del 4,25%-4,5%.
Fuente: Reuters
